Mi futuro no planeado
Era tan inocente al pensar que mi padre, un notario y mi madre, una simple campesina, seríamos una familia feliz.
No lo fuimos. No porque estaba mal visto el estatus social, sino que mi padre no nos quería, ni a mi madre. Era pequeño pero no ciego.
A
mis 11 años mi madre enfermó muy fuerte y por desgracia mi padre,
el cual se tuvo que quedar conmigo.
A él no le agradaba mucho pero tampoco me trataba mal.
El
creía que yo no entendía la muerte de mi madre ya que no mostraba
mis sentimientos, lo que él no sabía es que lloraba todas las
noches.
A los 13 entré en una academia muy prestigiosa, pagada y
dirigida por mi padre, como no.
Tenía
la mejor educación que podía pedir, no obstante, no hice ningún amigo porque todos decían que había crecido en una familia rota y que yo era un error. Por eso nadie me hablaba. Eso no me hizo dejar de tener curiosidad, me empezo
apasionar la pintura y retrataba todo lo de mi alrededor, empezando por, una
flor insignificante, hasta una persona con todo lujo de detalles.
Yo tenía una peculiardad, dibujaba a las personas sin facciones
ya que no sabía como en realidad se sentían.
A
los 18 años me gradue y decidi seguir mi camino, en esa época yo
era conocido como un gran pintor, pero no internacionalmente, sino en
mi ciudad, por eso a mi padre no le gustó mucho mi decisión de dejar
mi camino porque él quería exprimirme, como si fuera una màquina del dinero, es decir, mis obras se estaban haciendo conocidas y habría la
posibilidad de conseguirlo, pero me negaba a ser como él.
Eso
no quería decir que no dejara de pintar, sino que él, no se podría
aprovechar de mi mérito.
Así
que hice un año sabático, lo cual ese año se tornaron 5, y allí
habia descubierto muchas cosas. Conocí a una dulce chica que me
acompañaba en mis pequeñas aventuras.
La
retraté tantas veces y de tantas maneras que ya he perdido la cuenta.
Se
podria decir que aun no haber decidido mi infancia y haber tenido
momentos turbios, no podría haber podido pedir nada mas para mi
futuro.
A
los 28 años mi padre falleció de tanto trabajo, pero pudo conocer a su nieto al nacer que al verlo se le dibujo una
sonrisa y eso me hizo sonreir.